SRES. DE LA COMISIÓN ORGANIZADORA DE LA CAMPAÑA POR LA LIBERTAD DE LAS PRISIONERAS POLÍTICAS DE AMÉRICA LATINA:
A todas las personas amigas que se solidarizan con la lucha por nuestra libertad, les decimos: ¡Gracias, inmensas gracias!
Es gratificante saber que nunca estamos solos, que somos gotas de inmenso mar, y parte de todos los comunistas, revolucionarios y luchadores sociales del mundo, que combaten hoy contra este sistema capitalista que arrasa pueblos, explota por doquier al proletariado y las masas trabajadoras, así como esquilma los recursos de las naciones.
Son ellos y su sistema caduco los que no tienen perspectiva. Son ellos los que a puertas de una guerra mundial imperialista maquinan cómo volver a repartirse el mundo y cerrarle el futuro a los pueblos; por eso generan persecución, destierro, cárcel y muerte contra los que se les oponen.
En el caso de nuestra larga carcelería, y después de 23 años del término de la guerra popular en el Perú, consideramos también que nuestra libertad es ya un derecho y en él nos empeñamos, en lucha política sin armas y convencidas de la necesidad de solucionar políticamente los problemas que han quedado pendientes luego de concluida la guerra, a través de una Amnistía General que lleve a una verdadera Reconciliación Nacional.
Recordamos a las mujeres que nos han antecedido y cuyo ejemplo nos alumbra, en especial a la compañera Augusta La Torre Carrasco –camarada Norah- la más grande heroína del Partido y la Revolución en nuestro país, junto con otras ejemplares hijas del pueblo que dieron su vida por la construcción de un futuro mejor; ellas siguen y seguirán presentes en nuestra mente y corazón.
Y en este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, saludamos y alentamos las diarias batallas de las mujeres de los pueblos latinoamericanos, dentro de las cuales está la lucha de las prisiones políticas por su libertad.
Por eso decimos juntas:
¡Nuestra libertad es un derecho!
Gracias a todos ustedes por su valiosa solidaridad.
Reciban nuestros fraternales abrazos,
Prisioneras políticas
Perú.
SEÑORES DE LA COMISIÓN ORGANIZADORA DE LA CAMPAÑA POR LA LIBERTAD DE LAS PRISIONERAS POLÍTICAS DE AMÉRICA LATINA.
Mi nombre es Ana Mendoza Mateo, prisionera por causales de la guerra que se desarrolló en mi país y que concluyera hace ya más de dos décadas.
Fui detenida en 1993 durante el gobierno autogolpista de Fujimori, juzgada en el fuero militar salí absuelta, más esa libertad fue apenas un año porque anularon ese proceso y me volvieron a encarcelar. Luego de una tremenda campaña mediática un Tribunal civil transitorio me condenó a CADENA PERPETUA.
Años más tarde, producto de la lucha de nuestros familiares con el invalorable apoyo del pueblo, la legislación “antiterrorista” cayó en gran parte y se hicieron nuevos juicios; sin embargo, en mi caso de 8 inculpados les aplicaran nuevo juzgamiento a 6, negándonos el derecho a 2, entre ellos a mi persona.
Desde entonces, todo recurso legal que mi familia ha interpuesto con esa finalidad ha sido rechazado. Los jueces y magistrados se rehúsan a suscribir la nulidad del proceso porque el Poder Judicial sigue la política oficial de los que mandan en el Perú, que es una política de venganza, de persecución sin fin al que se haya levantado en contra de este orden injusto, extendiéndose ahora incluso a perseguir las ideas.
La condena a CADENA PERPETUA es una pena cruel, inhumana, ¡monstruosa! Impide al ser humano todo proyecto de vida, más aún para una mujer.
Yo entré a los 24 años y tras 24 años en terribles condiciones de prisión, ¡la libertad es mi derecho!
En última instancia, reclamo acudir a un nuevo juicio desde la libertad.
Muchas gracias por su solidaridad, es valioso para mí saber que mi voz y experiencia encuentre eco en otras partes del mundo.
Con aprecio a la distancia.
Ana Mendoza Mateo.
SEÑORES DE LA COMISIÓN ORGANIZADORA DE LA CAMPAÑA POR LA LIBERTAD DE LAS PRISIONERAS POLÍTICAS DE AMÉRICA LATINA.
De antemano saludarlos y agradecer a la Comisión Organizadora y al pueblo argentino por la solidaridad con las prisioneras políticas del Perú y con nuestros familiares.
Mi Nombre es Maruja Arango Chávez, voy a cumplir 21 años de prisión, sentenciada por el llamado delito de “TERRORISMO”, nombre con que el Estado Peruano tipifica al Gran Movimiento Social, eminentemente político que involucró a toda la Sociedad Peruana en la década 80 – 90. No fue terrorismo, fue una guerra interna, fueron las condiciones históricas del momento las que generaron esta lucha revolucionaria, el hecho de transformación social más transcendente en beneficio del pueblo.
En mi caso fui juzgada y sentenciada por un Tribunal Militar, con jueces sin rostro y nuevamente procesada y sentenciada en el fuero civil por una Sala de “excepción” con la “Legislación Antiterrorista”, remozada pero no derogada, y una vez más condenada a Cadena Perpetua. La cadena perpetua es una pena cruel, degradante, inhumana, vejatoria, una tortura psicológica permanente; tienes una fecha de ingreso y no tienes una fecha de salida: es intemporal. Aquí somos cinco (5) prisioneras políticas mujeres con cadena perpetua. Es por eso que he llevado mi caso a la CIDH, para seguir denunciando al Estado peruano que persigue a los Prisioneros Políticos por habernos levantado contra un sistema de explotación que azotaba a nuestro pueblo.
Así mismo, quiero hacerles conocer que en todo este tiempo que estoy detenida, he aprendido a hacer diferentes trabajos de manualidades, trabajados en cerámica, sigo aprendiendo el idioma inglés y otros; todo gracias al esfuerzo de cada una de mis compañeras, a ese trabajo en conjunto, a la vida colectiva que llevamos todas, porque mantenemos nuestra convicción ideológica, no han podido quebrarnos, y siempre sentimos y servimos a los de abajo. La mayoría siempre nos hemos mantenido juntas y hoy seguimos en la lucha por una amnistía general; y gracias también por el inmenso y profundo cariño de nuestros familiares, amigos, personas solidarias que luchan junto a nosotras día a día, durante todo este tiempo.
Profundamente agradecida que esta carta sea conocida por ustedes y pueda llegar a otras organizaciones, al pueblo de Argentina y a los pueblos del mundo, me despido aunándome a la lucha de todas las prisioneras políticas de América Latina.
Atentamente
Maruja Arango Chávez
Prisionera Política
Lima – Perú, marzo 2016
Señores
Comisión Por la libertad de las prisioneras políticas de América Latina
Me dirijo muy afectuosamente a ustedes agradeciéndoles por la lucha empeñada en la defensa de la libertad de las prisioneras políticas.
Mi nombre es Margot Liendo Gil y soy una prisionera política. Como miles de hijos del pueblo peruano conscientes de la necesidad de transformación de la sociedad explotada y oprimida, me incorporé al PCP y en el proceso de la guerra popular fui detenida el año 1988. Actualmente me encuentro confinada en una prisión del Perú por 27 años y 9 meses.
Inicialmente me condenaron a 18 años de pena privativa de la libertad y en el cumplimiento de dicha condena sobreviví al genocidio del año 1992 donde fueron asesinados 41 prisioneros, dentro de ellos 11 mujeres. Sobre este hecho la Corte Interamericana de Derechos Humanos ya condenó al Estado Peruano quien hasta hoy no asume la ejecución de la sentencia.
En junio del 2013 cumplí hasta el último día de los 25 años de condena que me impusieron y actualmente vengo denunciando al gobierno de Ollanta Humala porque arbitrariamente me mantiene en prisión por razones estrictamente políticas.
El Estado Peruano para impedir la libertad de los que fuimos sentenciados como dirigentes del PCP utiliza esto como argumento para maquinar nuevos procesos penales con mandato de detención preventiva, es decir que a la fecha en mi caso suman tres sin fundamento alguno, es decir fuera de la realidad y de la ley aplicando derecho penal del enemigo; su objetivo es mantenerme en cárcel de por vida, lo que ya constituye arbitrariamente una cadena perpetua sin sentencia, y si rebelarme contra el orden de opresión es calificado de delito, ya fui condenada y he cumplido en exceso la sentencia impuesta, por ello ¡la libertad es mi derecho!
Por estas razones rechazo que el gobierno peruano persista en su persecución a los marxista-leninista-maoístas, pensamiento gonzalo negándoles el derecho a la participación política, así como la libertad de pensamiento, expresión y organización y a quienes plantean Amnistía General y más grave aún, esto lo extienden a todo aquel que cuestione el sistema capitalista. Cuánto bien nos haría a todos los peruanos si el Estado optara por una salida política como el proceso de Colombia.
Desde donde me encuentro hago llegar mi profundo agradecimiento a quienes se suman a la campaña por la libertad de las prisioneras políticas solidarizándose con nosotras.
Me despido calurosamente,
un fuerte abrazo
Margot Liendo Gil
Perú. marzo 2016
SEÑORES
COMISIÓN ORGANIZADORA DE LA CAMPAÑA POR LA LIBERTAD DE LAS PRISIONERAS POLÍTICAS DE AMÉRICA LATINA
Victoria Trujillo Agurto, prisionera política del Partido Comunista del Perú, confinada en el Establecimiento Penal Ancón II, en Lima Perú, llego a ustedes con mi cálido y fraterno saludo y a la vez gratitud y reconocimiento a su trabajo y lucha por la libertad de las prisioneras políticas de América Latina.
Como miles de hijas del pueblo peruano me incorporé al PCP en el proceso de la guerra popular, el más grande movimiento social revolucionario de la historia peruana, desenvuelto desde 1980 a 1992. El Estado Peruano en su guerra contrasubversiva desenvolvió toda una política genocida de asesinatos, genocidios, desapariciones, torturas, detenciones, aplicando una legislación antisubversiva con penas draconianas de 25, 30 años hasta la inhumana cadena perpetua. Así, fui detenida el 28 de agosto de 1989 y sentenciada como dirigente del PCP el año 2006 a la pena máxima de 25 años (según legislación del momento). PENA QUE YA CUMPLÍ HACE MÁS DE AÑO Y MEDIO.
Denuncio que el gobierno de Ollanta Humala impide mi libertad y me mantiene en prisión arbitraria e ilegalmente solo por razones estrictamente políticas. Con sistemáticas campañas estigmatizadoras y persecutorias por funcionarios del Estado a través de la prensa reaccionaria y faltando solo 4 meses para cumplir mi pena de 25 años me inventaron un nuevo proceso penal por el llamado delito de terrorismo sin que exista supuesto hecho delictivo ni fundamentos de derecho que lo sostenga, solo con el objetivo de mantenerme en prisión. La Fiscalía, Juzgado y miembros de la Sala Penal para ordenar mi detención preventiva usaron el burdo y aberrante argumento de haber sido sentenciada como dirigente del PCP, lo que según ellos me hace “sospechosa” de “nuevos delitos”, es decir, estigmatizado como sujeto peligroso y sin derechos de por vida, cuando YA CUMPLÍ la pena de 25 años, estoy legalmente rehabilitada y apta para salir en libertad y reincorporarme a la sociedad.
He afirmado que no existe hecho delictivo porque el supuesto delito sería haber conformado el MOVADEF (Movimiento por la Amnistía y Derechos fundamentales) y la propia Constitución Política ampara la conformación de organizaciones políticas para las elecciones, más, Luchar por una Amnistía no es delito, salvo en el Perú donde se niega la libertad de pensamiento, expresión y organización, el derecho a la participación política desenvolviendo el Estado toda una persecución política contra los comunistas y revolucionarios marxista-leninista-maoístas, pensamiento gonzalo, contra los demócratas, extendida al pueblo y a todo aquel que cuestione el sistema capitalista explotador, una muestra más de que en el Perú su llamada democracia es una farsa.
Finalmente, como todos los prisioneros políticos en el Perú, he afrontado durante muchos años un régimen de ejecución penal de aislamiento sistemático y sofisticado y soy sobreviviente del genocidio en el Penal “Miguel Castro Castro” del año 1992.
Con férrea voluntad seguiré persistiendo en la lucha por mi libertad junto a mis compañeras, junto al pueblo, bregando por una solución política, amnistía general y reconciliación nacional porque es lo que sirve al pueblo, la nación y la sociedad peruana en su conjunto, acorde a lo que vemos hoy en América Latina en el país hermano de Colombia con la plasmación de un Acuerdo de Paz.
Mi sentimiento, solidaridad y apoyo a la lucha de todas las prisioneras políticas de América Latina, de Argentina, Chile, Paraguay, Colombia, etc.; aunando esfuerzos en la lucha por nuestros derechos fundamentales, por nuestra libertad que conquistaremos con el apoyo de nuestros heroicos pueblos.
Reiterando mi aprecio y reconocimiento. Un cálido abrazo.
Victoria Trujillo Agurto
Perú, marzo 2016.