“Memorias desde Némesis” ¡arma de combate!
EN EL 66 ANIVERSARIO DEL TRIUNFO
DE LA REVOLUCIÓN CHINA REITERAMOS ¡VIVA EL SOCIALISMO!
El
1 de octubre de 1949, bajo la dirección del Partido Comunista de China Jefaturado
por el Presidente Mao Tsetung, triunfó la gran revolución china. En este nuevo
aniversario nos reafirmamos en la defensa del socialismo, en que el socialismo
volverá a construirse sobre la Tierra rumbo al comunismo, meta gloriosa de la
humanidad.
Y qué mejor que
transcribir lo que nos dice el Dr. Abimael Guzmán Reinoso, Presidente Gonzalo,
para rememorar esta trascendental fecha.
“Primer viaje a la República Popular
China, una de las experiencias más trascendental e imborrable de mi vida. A
comienzos de 1965 pedí licencia de mi trabajo en la Universidad San Cristóbal
de Huamanga; la causal invocada fue enfermedad, mas la real era viajar a China
enviado por el Partido. Aclaremos de paso: aún no tenía policitemia, ésta se
presentó recién en la década siguiente. Viajé en febrero: de Lima a Zúrich, por
primera vez pisaba Europa; de allí a Praga, hoces y martillos presidiendo la
vida cotidiana, primer país socialista que veía, claro está, al paso. Luego, en
un gigantesco Tupoleva Moscú; en ésta, y
de tránsito, estuve confinado en un hotel, donde pese a exigencias, peticiones
y hasta ruegos no se nos permitió visitar el mausoleo de Lenin, pues, se nos dijo,
que lamentablemente estaba en reparación. Y por fin, tras nuevo largo vuelo
abreviado por el afectuoso calor revolucionario de los camaradas chinos, Pekín,
la sede del Presidente Mao Tsetung, la patria socialista internacional, el
centro de la revolución proletaria mundial.
A la escuela de cuadros concurrimos ocho
en esa ocasión: tres de la Confederación Campesina del Perú, muy ligados a
Paredes, tres del Regional del Norte, uno de Cuzco, seguidor de Sotomayor, y
yo; entre ellos tres miembros del Comité Central, uno de los cuales presidió la
delegación (militaba en el norte del país). En la escuela de Pekín, y en el
orden que sigue, estudiamos: situación internacional, centrada en la lucha contra
el revisionismo y el internacionalismo proletario; línea política general, las
leyes y experiencias de la revolución democrática china; trabajo campesino, la
lucha antifeudal por la tierra desarrollada por el campesinado, fuerza
principal de la revolución; Frente único, la unión del proletariado,
campesinado, pequeña burguesía y burguesía nacional sustentada en la alianza
obrero-campesina dirigida por el proletariado; construcción del Partido,
principios y problemas fundamentales de la construcción del Partido basada en
la línea ideológica y política correcta; trabajo secreto y trabajo abierto,
principios y experiencias de la clandestinidad de la organización partidaria y
de su trabajo de masas; línea de masas, las masas hacen la historia y cómo
movilizarlas con conciencia y voluntariedad, aprendiendo de ellas y servir al
pueblo de todo corazón; filosofía, partiendo dela contradicción como única ley
fundamental en función de la política para resolver los problemas de la lucha de
clases, del Partido y la revolución. Ocho cursos magistrales sobre la
extraordinaria e inagotable experiencia de la revolución china dirigida por el
Partido Comunista de China, producto de la fusión del marxismo-leninismo con su
realidad concreta, así como, principalmente, fuente y aplicación del
pensamiento maotsetung, según la denominación de los años sesentas.
La escuela militar la cumplimos en
Nankín: guerra popular, fundamentalmente su parte correspondiente al desarrollo
de la guerra en el camino de cercar las ciudades desde el campo; construcción
del ejército, formación, estructuración y preparación del ejército de nuevo
tipo para cumplir las tareas políticas del Partido y la revolución; estrategia y
táctica, la guerra en su conjunto según las etapas de su desarrollo, su
modalidades, tácticas y formas de combate en especial emboscadas y asaltos.
Tres cursos igualmente magistrales con sus prácticas pertinentes e
indispensables; expresión concentrada de la experiencia de la revolución china,
en su forma principal de lucha, elevada por el Presidente Mao a línea militar
del proletariado, y heroicamente llevada a la práctica por las fuerzas de la
revolución desde el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos hasta el Ejército Popular
de Liberación, antes de que el revisionismo lo usurpara para asaltar el Poder.
Esa fue la grandiosa experiencia militar que, en su teoría y práctica, bebimos
de su propia fuente en la China del Presidente Mao, cuando era la base y el
centro de la revolución proletaria mundial.
¿Qué otros recuerdos quedan imborrables
de la República Popular China de entonces, la roja de ayer no la negra de hoy?
ChingKang y Yenán, los por siempre consagrados monumentos en la memoria de
hierro del proletariado y los pueblos del mundo, indesligablemente unidos al
Presidente Mao Tsetung y al maoísmo. Rememoro la brega infatigable, masiva,
heroica de la construcción del socialismo: fábricas, comunas populares, cuarteles,
centros comerciales, universidades, escuelas, hospitales y centros de salud, salas
de arte y espectáculos; plazas y calles, hervideros tumultuosos de recia
energía desbordante plena de optimismo y política al mando con sus “tres
banderas”: línea general del socialismo, comuna popular y gran salto adelante,
construyendo la nueva sociedad, el socialismo, poniendo bases para el futuro
comunismo.
Asimismo vuelve a mi mente Pekín,
Tienanmen histórica y legendaria plaza: la monumental portada de denso rojo
oscuro y el Presidente Mao desde su imponente retrato, el Museo de la
Revolución, el Gran Palacio del Pueblo enmarcándola y al centro el blanco
obelisco ofrendado “¡A los héroes del pueblo!” en letras doradas de la propia caligrafía
del Gran Timonel. Tienanmen y el inmenso mar de masas, Marx, Engels, Lenin, Stalin
y el Presidente Mao guiando el combate; bosques de banderas rojas con hoces y
martillos, banderolas, consignas; obreros, campesinos, soldados, mujeres,
jóvenes, el pueblo chino, un millón en mitin rugiendo “¡Abajo el imperialismo
yanqui!” y proclamando “¡Apoyamos a Vietnam!”; su voz inmarcesible aún atruena
mis oídos. Y “El Este en rojo”, epopeya de música, danzas y cantos reviviendo
el largo batallar masivo de la revolución: nubes negras de la traición de
Chiang Kai-shek, la épica Gran Marcha, Tsunyi y la asunción de la dirección por
el Presidente Mao, Yenán iluminando toda China, la celebración victoriosa del
pueblo y las nacionalidades en Tienanmen y terminar con la Internacional en
majestuoso coral, y en remate mayor todos, artistas y miles de concurrentes, entonando
la Internacional en multitud de lenguas de la Tierra, inenarrable inundación
explosiva de fervor revolucionario. Y …Hangchow con su hermosura inigualable, la
tersura del lago, el verdor de sus ondulantes colinas, paradigma inefable del paisaje
chino. Finalmente Shanghai, inmensa urbe industrial, obrera y revolucionaria. Ahí
me despedí, había llegado en invierno y partía en verano con el alma más
encendida en el rojo sol de Oriente. Volví rápida y directamente al Perú, fui
llamado de urgencia.
Arribé al aeropuerto internacional Jorge
Chávez el 22 de julio de 1965; al día siguiente leí en la crónica que se me
buscaba, solo fue noticia. Esperé días sin poder tomar contacto; eran los meses
de las guerrillas del MIR y el ELN. Mientras aguardaba recapacité sobre mi
experiencia en China; concluí: tanto se me ha enseñado y mucho he aprendido,
pero nada tanto ni tan profundamente
como que hay aplicar el marxismo a la revolución propia y, principalmente, el
pensamiento maotsetung, el maoísmo que, ya en la guerra popular, el Partido
reconociera como tercera, nueva y superior etapa. Pasados treinta años, qué decir:
solamente, al proletariado y el pueblo chinos, al Partido Comunista de China y,
principalmente, al Presidente Mao Tsetung, al maoísmo debo tanto que es, como
otras pocas, una deuda invalorable imposible de saldar. Sirva en algo lo que
hice después.”
¡VIVA EL
SOCIALISMO!
¡SEGUIR EMPUÑANDO
“MEMORIAS DESDE NÉMESIS” COMO ARMA DE COMBATE!
1 de octubre del 2015
Comité Nacional de Presos Políticos y de Guerra del Perú
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